Érase una vez un hotel

Es algo perpetuo

—Érase una vez un hotel –dijo uno.
—Había una vez en un hotel–corrigió otro.
—Era el último día de julio –insistió el primero.
—He llegado a saber ¡oh rey afortunado! –inventó el segundo.
—Era domingo por la mañana en lo más hermoso de la primavera –narró el uno.
—Eran cerca de las once de la mañana, a mediados de octubre –prefirió el otro.
—Dos hombres estaban sentados, conversando –ensayó un acuerdo Uno.
—Sobre mi país y mi familia tengo poco qué decir –puntualizó Otro.
—Dos cadenas montañosas atraviesan la República –enunció U.
—Después de haber asesinado a mi padre en circunstancias singularmente atroces –prolongó O.
—La desdicha es diversa –se mortificó U.
—El sueño es una segunda vida –alivió O.
—Soy un hombre de cierta edad –reveló U.
—Estoy de vuelta después de haber hecho una visita al propietario de mi casa –resopló O.
—Esa nueva criatura de pelo largo me sale al paso a cada momento –deploró U.
—Durante muchos días consecutivos pasaron por la ciudad restos del ejército derrotado –se lamentó O.
—Salía de un teatro por cuyos palcos aparecía todas las noches adecuadamente vestido para el galanteo –U.
—Finalmente, desperté de verdad –O.
—Habíamos escuchado la historia sentados alrededor del fuego y casi sin respirar –añoró U.
—Parecía conducir directamente al corazón de las inmensas tinieblas –se inquietó O.
—Hasta que examinaron las sortijas que llevaba no reconocieron quién era –determinó Una.
—No volví a ver más a mi padre –zanjó Otra.
—Aquel jueves de comienzos de abril –comenzó la una.
—Y retomó el camino de la casa, en donde pronto nos reunió a todos una alegre cena –concluyó la otra.
—Y las tres rosas duraron mucho tiempo lozanas sobre la tumba de Zalacaín –dijo una.

Armando Azar

Comentarios

  1. Excelente contribución del Sr. Azar.
    Esperemos que no empiece a menudear este tipo de comentarios a lo José Duna, ya que nos veríamos obligados a filtrar todo lo recibido. Aquí no se aceptan sino elogios. Al respecto, aprovechamos para advertirle a nuestra distinguida clientela que GHI carece de Libro de Reclamaciones.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario