Fuga de estrellas


En la madrugada del sábado, una estrella fugitiva de las Perseidas (hace tiempo que la comunidad científica aceptó su error a la hora de interpretar y aplicar los vocablos latinos fugax y fugitivus para nombrar este fenómeno, aunque a estas alturas resulta casi imposible cambiar el uso de “fugaz” por el de “fugitiva”) impactó en su huida contra uno de los muros del jardín de GHI, creando numerosos desperfectos y un boquete enorme en el mismo. Y es que llevamos meses sufriendo diversas tormentas de meteoros escapistas, como han sido las Ariétidas, las Boötidas, las Líridas y ahora las Perseidas, sin que hasta el momento hayamos tenido noticia de una caída de estrella tan estrepitosa como esta. Lo cierto es que el fogonazo y el estruendo del choque fueron tal, que tanto los huéspedes como el personal de GHI entraron en pánico, si bien al rato, cuando vieron realmente lo que había pasado y lo que seguía sucediendo sobre sus cabezas en el cielo nocturno, el infortunio se convirtió en la excusa perfecta para celebrar otra fiesta en la Azotea del GHI. Sin tiempo que perder, el Sr. Gerente movió los hilos necesarios para que las eléctricas cortaran, al menos durante cuatro horas, el suministro de luz de toda la ciudad, dejándola sumida en una perfecta negrura. Se cubrió todo el suelo con esterillas beduinas que uno de los huéspedes cedió encantado; se colocaron en diversos puntos cántaros de ginebra y menta, con mangueritas extensibles que facilitaran a los invitados beber en horizontal y ya con todos ellos boca arriba, continuó el espectáculo hasta que el amanecer hizo su entrada.
Hoy ha aparecido la siguiente noticia en la prensa: “Nuestro gremio hostelero está de enhorabuena, pues le ha sido otorgada otra estrella, y ya van siete, al Gran Hotel Insolación. Su Director, el Sr. Bertholoff, posaba hoy en los frondosos jardines, hinchado de orgullo, junto al monumento hecho para la séptima (una piedra con un hueco en el centro), a la espera de recibir de las autoridades locales la placa oficial con el nuevo asteroide”.

Comentarios

  1. Yo no sé cómo se las arregla don Bertholoff para ser un hombre tan afortunado.

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