El transformador


Parece inminente la aparición de otro invento del Dr. Brbrbr: el transformador.

Inspirado en los grandes viajes transoceánicos, en los transpirenaicos, en los transiberianos y en los transmontanos, el transformador (de ahora en adelante nos referiremos a él con su sigla, la T), a través de un complejo mecanismo de turbinas y bobinas magnéticas, aspira a viajar más allá de la forma conocida de los objetos, a llegar al otro lado de la misma.

Pero aún debe superar varias pruebas y ensayos que determinen la fiabilidad y la no peligrosidad del aparato que, como ya sabemos, tratándose de un artilugio del Dr. Brbrbr, es cosa ardua. Y en ello está en estos días, en una apartada nave vacía de GHI, cedida en su momento por D. Bertholoff, nuestro ausente pero apreciado director.

Los objetos probados son numerosos y variados, la mayoría inanimados pero también los ha habido vivos, y a fin de mantener la rigurosidad y pulcritud de la información que estamos facilitando, pasamos a transcribir algunas de las notas y apuntes del doctor:

15/11/19, 14:29 p.m.
Se introduce en el transformador un espejo de 60x90 cm, con marco de hierro negro, pesa 25,7 kg. La operación dura 72 minutos. Abrimos la compuerta pasados 4 minutos más. En el interior, en el lugar del espejo hay ahora un regatista estigio (este dato lo da él mismo) con remos y kayak al hombro. Sale por su propio pie y se lanza al estanque de flores de loto que queda a su derecha. Se aleja remando.
28/11/19, 22:16 p.m.
Se coloca un finado, varón de 89 años, 1,83 cm de alto, 72 kg, muerte natural. El proceso dura 48 minutos. Se abre la puerta pasados 93 minutos más. En el interior, las pupilas de un gato que menguan y aumentan constantemente y por las que unas pocas mujeres logran entrar.

Se suceden los experimentos durante tres semanas más: se meten unos prismáticos y T descubre gigantes bloques de hielo con bandadas de pájaros congeladas dentro. Se introduce un esgrimista y T desvela un carámbano cogitabundo y hasta se coloca un grillo y sale un sol de medianoche. Aunque sin duda, la transformación más asombrosa fue la protagonizada por el propio inventor, y si no, comparen el antes y el después del genio con las fotos que adjuntamos.

Sin embargo, debido a las numerosas extravagancias de las transmutaciones, el Dr. Brbrbr se ha visto obligado a aparcar su proyecto hasta perfeccionar el control de la máquina y el T ha pasado a desempeñar en GHI un discreto papel como tablón de anuncios y también a dar la hora.

Por nuestro lado, solo nos queda seguir atentos a esta y a otras noticias que no cesan de generarse en este transmundano hotel.



Informó: La Huésped del Cuarto 11.
Reportaje fotográfico: Man Ray.

Comentarios

  1. ¡Qué guapo ha quedado el Doctor! Da gusto verlo ahora, con ese bigotito francés y la peluca recién empolvada. Aunque lo que me parece fascinante es ese tocado de cornamenta floral que T le ha colocado. Si alguien me asegura un resultado así, yo también quiero pasar por esta máquina.

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    1. Los resultados de T son imprevisibles. Puede que salga favorecido o no. El Dr. Brbrbr tuvo mucha suerte, pero sin riesgo no hay ganancia.

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  2. ¡Última hora! El regatista estigio está siendo sometido a un interrogatorio por parte del viejo Quinlan.

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    1. A eso no hay derecho. Don Bertholoff no hubiera permitido ese tipo de intromisiones con los frecuentadores del Hotel. Espero que la nueva Gerente reflexione con este caso y destituya al gordinflón.

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    2. La Gerente hizo más que eso. Desde que se enteró de lo sucedido, se personó inmediatamente en la habitación de Quinlan y retomando su antiguo oficio de letrada, asumió la defensa del bello estigio de hombros esculpidos a golpe de remo. El viejo Jefe quedó desarmado y no tuvo más remedio que soltar al regatista libre de cargos.

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    3. ¡Esa es mi mujer! ¡Eso es una mujer!

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    4. Quiero romper una lanza por Fat Quinlan. Al fin con él se puede andar más o menos tranquilo por las playas de GHI a altas horas de la noche, y hasta ha puesto un cordón en torno al estanque de las pirañas, al cual el anterior gerente dícese que daba un uso inconfesable. Su exceso de celo no resulta molesto para los huéspedes, al contrario, ya que su figura gordinflona de mirada aviesa, pero sabia, más bien los tranquiliza. Yo creo que hubiera hecho bien en meter en el tren al regatista o en haberlo utilizado para que vigilara el horizonte de las esperadas arremetidas de John Silver.

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    5. ¡Alto! ¡Alto! ¡Alto! ¡Alarma! Ese es un falso Joven Argonauta, ya que todos mis mensajes tiene que ir encabezados por mi retrato. No es la primera vez que este desconocido impostor utiliza estas tretas. Quinlan no es personaje de mis simpatías, y yo propuse a Charlie Chan, a Mr. Moto, al Halcón, a Lone Wolf, a Santo y hasta a Arsenio Lupoin y Raffles para ocupar su puesto. Si fuera por mí, reactivaba la máquina del profesor BrBrBr y metía dentro a Quinlan para ver qué es lo que daba.
      Repito: ¡ojo a los impostores!

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    6. Ya me parecía a mí que algo no cuadraba en el discurso del Joven Argonauta de las 10:39...

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    7. Pues yo siempre defenderé a mi señor Marlowe, como él ninguno. Su espigada figura, esa agudeza que tiene en calar a la gente y cómo habla...¡es más poeta que muchos poetas! Ya nadie parece acordarse de todo lo que ha hecho por la seguridad y bienestar de los huéspedes de este hotel.

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    8. Concuerdo. Quinlan es un patán al lado de Marlowe.

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  3. ¿No se le ha ocurrido a nadie tumbar en el diván del psicoanalista a ese Transformador? Creo que sería la única forma de llegar a saber en qué está pensando en cada una de sus actuaciones.

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    1. Un famoso viajero tenía en el concepto de caballería el interruptor que desataba su cordura. El señor JD lo tiene con el de poeta.

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    2. Solo ahora hemos sabido que la pasada noche del 31, tanto Falstaff como el de Anjou, se metieron en el T sin la supervisión del doctor y sin que nada se sepa de ellos desde entonces. Así que, sí, urge encontrar a ese psicoanalista que logre tumbar a T en el diván y que descubra hasta dónde llegó con estos dos pobres incautos.

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    3. Ya me extrañaba no ver ni al viejo bribón ni al delicado caballero. No se pueden permitir estas desapariciones de figuras tan prominentes que a veces llegan viajeros a GHI solo para conocerlos.
      Hay que detectarlos cuanto antes, y yo le propondría al Dr. Brbrbr que reactivara su cacharro para ver si por ejemplo el regatista estigio vuelve a ser un espejo, lo que de paso no estaría mal ya que se ha convertido en un pelmazo dando vueltas todo el día al estanque de los lotos.

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    4. Pues yo tengo más curiosidad por ver qué haría T con un psicoanalista en su interior...

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    5. ¡Qué manía le han cogido al regatista!
      Con su poderoso remo oxigena el agua pobre del estanque y ya ha conseguido quintuplicar la población de flores de loto.
      Además, para pagar su estancia, todas las tardes da clases de paddel surf en la playa principal del hotel, siendo la Gerente una de sus alumnas más aventajada.
      Vamos, un huésped ejemplar.

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    6. El hombre indicado para ese trabajo psicoanalítico es sin lugar a dudas el Dr. Cari Gary, Director del Establecimiento de Reposo Susana que tan eficientemente solucionó aquel conflicto de la epidemia de Armandos Azares.

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    7. No se lleven a Estigio, es un profe de surf fetén.

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    8. El Dr. Cary Gary se tomó unas vacaciones aprovechando que había tenido que enviar su diván al tapicero; se encontraba en un estado lamentable, dadas las acometidas del subconsciente de sus pacientes. Sin embargo, como enfermero jefe del Establecimiento de Reposo Susana, puedo trasladar su enorme interés por el reto que supondría aflorar las pulsiones inconscientes de ese singular cliente, habitado de turbinas y bobinas magnéticas.

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