mirafondo
no el habitual dictamen que es quincalla
lo ha parado en la cara superior
qué rayos le ha vendido el timador
no lo deja el terror concluir la talla
lo tallado hasta ahora era morralla
la carroña que afrenta al cazador
todo está allí incluso el ruiseñor
piando de espaldas sobre una muralla
pobre diablo se vio vuelto chatarra
será lo que ya fue en este guiñol
viento de agua sembrado pelo en jarra
solo restan cosechas de formol
se asomó al interior por un casual
purgará tanta agalla ahogado en cal
pantera
me acecha una pantera por la noche
negra un ojo me mira en cada estrella
no culpe a mi amistad con la botella
que está detrás de mi sillón del coche
sepa que no hago en whisky un gran
derroche
mire el precinto que la tapa sella
sumirme en su color sí me hizo mella
me cago en sus miradas de reproche
no me venga de púber leguleyo
dictando aberración todo lo oscuro
no quiero títulos de honor plebeyo
me vale una receta algún conjuro
saliva de la cobra un orfidal
cuatro condenas de hambre me es igual
No entiendo nada. Lo que sí comprendo ahora es aquella foto en que aparece una multitud de jóvenes entusiasmados con este poeta: tiene haber sido sacada en el momento en que acaban de descubrir al unísono el significado de alguno de sus poemas.
ResponderEliminarPues tampoco es tan difícil: si no me equivoco, el primero es un soneto con estrambote sobre la fugacidad de la vida, y el segundo ha sido escrito en endecasílabos y trata de una pantera que atacó al poeta.
ResponderEliminarLo que es innegable es que José Duna es un orfebre del verso como no se veía desde los simbolistas franceses.
ResponderEliminarHola, soy uno de los montadores de la Dokumenta, y quiero decirles que los poemas cinéfilos de José Duna son lo más grande que he leído hasta la fecha, junto a las “Memorias de un amante sarnoso” de Groucho Marx.
ResponderEliminarSoy uno de los vigilantes de GHI. Como trinque a ese José Duna por aquí en una de mis rondas nocturnas, pienso detenerlo, aunque sea como venganza por las noches que me ha hecho dormir leyendo su “Nebulosa cuaderna”, en vez de estar atento a mi trabajo.
ResponderEliminarPadezco de presión alta y tuvieron que ingresarme por el esfuerzo que me costaba entender estos poemas, ya que se me puso a 30-15. No sé si podré hacerle una reclamación al editor.
ResponderEliminarPanda de ignorantes que no reconoce en José Duna a la más valiosa figura de “Insolación” a lo largo de toda su historia.
ResponderEliminarOk! “Mirafondo” es un verdadero diamante, y “Pantera” una lección de altivez. Que aprendan esos pobres poetas actuales, sea cual sea su corriente o su escuela.
EliminarEn pocos minutos hemos recibido tal avalancha de comentarios a los dos poemas novedosos de José Duna, que nos vemos obligados una vez más a desviar la recepción a nuestras redes de facebook y twitter. Solo seguirán apareciendo aquí algunos especialmente relevantes. Gracias.
ResponderEliminarAdoro los poemas de José Duna Son muy sexys. Como él solo los trovadores del trobar clus, aunque José también sabe trobar leu.
ResponderEliminarPues yo pienso que el señor Duna tiene que aclarar de qué marca es el coche, para que se entienda lo que quiere decir. Cuando a mí el Sr. Bertholoff me llama a las cocheras para que lo traslade a algún sitio, entiendo que no expresa lo mismo si me pide que lo haga en el Rolls Royce que si me pide que lo haga en el Mercedes.
ResponderEliminar¡Fuerte tontería! Lo que importa ahí es la marca del whisky. La marca de un whisky describe al cliente que lo pide. Todo el mundo sabe que los clientes de GHI no tienen secretos para mí y por eso la barra de nuestra cafetería es el mejor consultorio que hay. El Sr. Duna tenía que haber venido por aquí.
EliminarA la vista del fenómeno José Duna (no hay más que considerar esas reacciones masivas en las calles y en la red), creo que lo que dijo Apollinaire de Duchamp, o sea que iba a ser el conciliador del arte y el pueblo, se puede aplicar con mucha mayor exactitud a este gran poeta insolado.
ResponderEliminarNo me huele bien el soneto con estrambote. ¿Fue "por un casual", o una mano negra empujó? Todo me parece sospechoso en un hotel donde hay un estanque de cocodrilos.
ResponderEliminarAunque me garantizaron que eran para proteger GHI de todo seísmo, hay también unas construcciones extrañas, bastante inquietantes, en el helipuerto de la azotea.
Eliminar¿Pero qué diablos tiene ya eso que ver con la poesía de José Duna?
EliminarYo no entiendo mucho, ya que solo soy ayudante del barbero Walton, pero creo que tiene que ser muy buena poesía, si le gusta a Marylin.
¡Que bajo han caído estos tiempos, cuando ya la gente letrada ni sabe lo que es un soneto! Nosotros hasta nacíamos balbuceando sonetos.
ResponderEliminarEl Sr. Bertholoff me ha invitado a dar una sesión poética en la Biblioteca de GHI, y espero darle una lección a estos mil imberbes. ¡A lo que ha llegado esta desdichada humanidad!
¿Alguien sabrá decirme si este poeta escribe por encargo? Si es así, ¿me pueden informar de sus honorarios? Me apremian dos asuntos que se me ocurre pueda resolver solo con esta poesía torturadora.
ResponderEliminar¡Vil metal que estragas hasta el noble arte de la poesía!
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